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La regurgitación se define como el reflujo pasivo de alimentos y/o líquidos secundarios a algún tipo de inflamación o anormalidad del esófago. El vómito, por otro lado, se define como la erucción activa de alimentos y/o líquidos secundarios a la inflamación del estómago o los intestinos. En la medicina veterinaria, es crucial diferenciar la regurgitación de los vómitos, ya que ambos se tratan de manera diferente y tienen diferentes causas subyacentes.

Más comúnmente, la regurgitación consiste en alimentos y/o líquidos no digeridos. Las causas de la regurgitación incluyen varios trastornos del esófago, incluida la esofagitis, la ingestión del cuerpo extraño, así como una afección conocida como megaesófago. Los diagnósticos diferenciales de la regurgitación se distinguen por la historia, el examen físico y posiblemente rayos X y estudios de contraste. El tratamiento normalmente consiste en alimentar una dieta suave y fácil de digerir, así como típicamente antiácidos (es decir, AC Pepcid, sucalfato), así como medicamentos para promover el movimiento hacia adelante de los alimentos (es decir, metoclopramida) por el esófago. El pronóstico variará según el diagnóstico.

Un estudio para los vómitos crónicos también incluye las pruebas anteriores, pero también puede incluir imágenes adicionales como ultrasonido o endoscopia, así como mucho más análisis de sangre. El tratamiento también se basará en la determinación de una causa subyacente, así como medicamentos sintomáticos, como los que se señalan anteriormente, así como los medicamentos más nuevos como la cerenia recetada.